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Revda. Debra Haffner: "Que cada niño nazca saludable y deseado"

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Soy una ministra judía unitaria universalista y sexóloga —y esto significa que en las durante este diciembre mi familia ha de celebrar la Janucá judía, el Solsticio de Invierno y la Navidad. Encendemos velas, decoramos nuestro hogar, cantamos canciones, intercambiamos regalos, y, así lo espero, nos daremos tiempo para llenar los pulmones y estar agradecidos.

La misión del Insituto Religioso de Moralidad Sexual, Justicia y Salud (IRMSJS) es abogar por la educación sexual, la salud sexual y la justicia sexual en las comunidades de fe de los EUA, así como entre la sociedad en general. Ayudamos a las congregaciones a convertirse en comunidades de fe sexualmente saludables y trabajamos en conjunto con organizaciones especializadas en salud sexual y reproductiva para alcanzar a las comunidades de fe.

Los relatos de la Navidad y de Janucá se relacionan armoniosamente con nuestro ministerio para promover una voz religiosa progresista en asuntos de sexualidad. Nos manifestamos en contra de la injusticia y por la diversidad religiosa. La Janucá conmemora la primera batalla religiosa registrada por la libertad y contra los esfuerzos de asimilar forzadamente a una religión minoritaria dentro de otra mayor, una lucha contra el fundamentalismo religioso que todavía prosigue hasta el día de hoy. El relato del milagro del aceite que ardió por una semana en vez de hacerlo solamente por un único día como se esperaba es una leyenda de esperanza y gracia.

Trabajamos con las comunidades de fe para entender la necesidad de educación de la sexualidad para los niños, los jóvenes y los adultos en el contexto de la educación religiosa. Una lectura textual del Evangelio de Mateo comienza con una adolescente embarazada y llena de miedo y el joven que decide no dejarla. A José se le dice en un sueño que el bebé se llamará "Emanuel", lo que el texto nos dice que significa "Dios con nosotros". El Evangelio de Lucas relata su jornada para encontrar un lugar seguro para que nazca el niño.

Nuestra tarea de asegurar que cada niño nazca saludable y deseado se refleja en estas historias. En mi denominación religiosa unitaria, los niños aprenden que así como los hombres sabios visitaron al bebé Jesús, todos los nuevos niños deben ser acogidos. Emanuel, Dios con nosotros, es esta promesa para cada niño que nazca, con independencia de las circunstancias de su nacimiento. Es entender que está en las relaciones entre nosotros que podamos experimentar lo divino.

Estos relatos de milagros son nuestros relatos hoy, y los relatos de los más marginados y los más vulnerables. Los relatos reunidos nos recuerdan que en el más obscuro de los inviernos, en el mundo físico o en las partes obscuras de nuestras almas, incluso la más pequeña luz puede —con la fe— convertirse en más brillante y fuerte, hasta que el mundo entero esté lleno con esa luz de nuevo. Como promotores de la salud sexual y reproductiva nos recuerdan que cada vida humana, no importa cuán humildes sean sus inicios, puede desde luego, bendecir al mundo entero.

Que así sea.

Reverenda Debra Haffner

(Tomado de RH Reality Check, Comunidad en línea que sirve a individuos y organizaciones dedicados a promover la salud reproductiva y los derechos, en el entendido de que la Salud Reproductiva ha sido definida por la comunidad internacional la siguiente manera: "La salud reproductiva es un estado general de bienestar físico, mental y social, y no de mera ausencia de enfermedades o dolencias, en todos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo y sus funciones y procesos. La salud reproductiva implica por lo tanto que la gente sea capaz de tener una vida sexual segura y satisfactoria, así como que tenga la capacidad de reproducirse y la libertad de decidir si, cuándo y con qué frecuencia hacerlo.")

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Carta ministerial decembrina del presidente de la UUA

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Estimad@s amig@s:

En esta temporada festiva, en la que tantos de nosotros oramos por la paz, mis pensamientos vuelven de nuevo a las poderosas palabras del apostol Pablo:

Protéjanse con toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan estar firmes contra los engaños del diablo. Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, malignas fuerzas espirituales del cielo que tienen mando, autoridad y dominio sobre el mundo de tinieblas que nos rodea... Así que manténganse firmes, ceñida su cintura con la verdad, revestidos con la coraza de la justicia, y estén siempre listos para salir a anunciar el evangelio de la paz.
(De la carta de Pablo a los Efesios 6.11-15)

Pablo ciertamente tenía un don especial para la palabra ¿no es así? Pienso que muchos de nosotros, con independencia de nuestras posiciones teológicas, puede apoyar con entusiasmo un "evangelio de la paz". Pero, como sucede con otras cartas paulinas, ésta podría ser utilizada erróneamente. Hay algo incongruente en una metáfora de batalla para difundir las buenas nuevas. Discutimos contra los fundamentalistas religiosos que manipulan la religión como si fuera un arma. Pero por otra parte, he "luchado" por la paz, y sé que muchos de ustedes también lo han hecho.

Esta paradoja es entendible. Nada inspira tanto un espíritu de lucha como como el testimonio del verdadero costo de la guerra. Cuando escucho que cerca de 4,000 soldados de los EUA y cerca de medio millón de iraquíes han sido asesinados en una guerra que empezó por una mentira, me enfurezco. No puedo creer el número de soldados heridos que llegan a casa, y no puedo siquiera concebir la cantidad de personas heridas en el intento de sobrevivir un día más en Iraq. Y cuando escucho que el dinero gastado en esta violencia en un mes es suficiente para reconstruir totalmente Nueva Orleans, o que lo que se gasta en una semana bastaría para proveer 3 comidas diarias por un año a unos 6 millones de niños —la misma cantidad que muere cada año de desnutrición—, entonces estoy dispuesto a luchar. No puedo quedarme sentado cuando escucho de estos hechos, y espero que ustedes tampoco puedan, pues es una ira justa.

El reto para la gente de fe es transformar la ira en acción. En vez de sólo luchar, hemos de concluir en acciones dirigidas a acabar la lucha. Sea lo que sea lo que uno crea sobre si puede haber razones para una guerra justa —y la opinión no es unánime sobre esta cuestión dentro de nuestra fe— la respuesta apropiada hacia nuestras tropas es una de honor y gratitud por su disposición para servir. Ningún sacrificio realizado ha sido en vano, y no podemos dejar que eso suceda. Pero para quienes se preocupan por el hecho de que retirar a las tropas volvería irrelevante su servicio, les digo que esto no hace justicia a los hijos e hijas de nuestra nación que dejemos de reflexionar sobre si estamos en el curso correcto, o no. "Mantener el curso" sin hacer preguntas no da mayor sentido a su sacrificio. No es más que una garantía trágica de un mayor sacrificio. En recuerdo de nuestros soldados caídos y del amor y el respeto por la gente de Iraq y las tropas que permanecen ahí, debemos actuar para terminar esta guerra sin esperanza.

Hemos marchado, firmado peticiones y realizado vigilias, y la guerra todavía sigue. Es muy probable que nuestros comandantes militares nos digan que sus movilizaciones han sido exitosas y que debemos concederles más tiempo para su labor. De nuevo pedirán nuestra paciencia, e incluso nuestra complicidad para prolongar el derramamiento de sangre. Y ahora nuestro presidente nos dice, pese al informe publicado por sus agencias de inteligencia sobre Irán, que este otro país también sería una amenaza para nosotros. Más que una movilización de tropas, lo que necesitamos es una movilización de la verdad. Es difícil no desesperar cuando nuestros líderes parecen empeñados en hacer la guerra.

Para los hacedores de paz, la esperanza es difícil de sostener en momentos como estos. Cuando empezamos a perder la esperanza, necesitamos saber que nuestros camaradas la sostienen por nosotros hasta que podamos llevarla nosotros mismos. Y a veces necesitamos ser quienes sostengan y lleven la esperanza por nuestros hermanos y hermanas. Tal vez necesitemos una "armadura" de Dios, después de todo. No de la clase que protege de las balas, sino de la clase que nos fortalece frente a la furia y la desesperación, de la clase que nos apuntala para encontrar la salvación, cuando tanto se ha perdido ya. Ceñida nuestra cintura con la verdad, revestidos con la coraza de la justicia, Pablo dice, estén siempre listos para salir a anunciar el evangelio de la paz.

Una misma vestimenta puede que no nos quede bien a todos, como Pablo lo sabe, pero caminaremos unos junto a los otros con el escudo de la fe —la esperanza que sostenemos los unos para los otros. Esta temporada festiva, que encontremos en "la armadura de Dios" un escudo que proteja los espíritus de los hacedores de paz. Oro por los hacedores de paz, y también oro por los hacedores de guerra. Mi plegaria por aquellos con poder para que conviertan las espadas en arados es bellamente expresada por Jill-Beth Sweeney Schultheis en su poema, "Recuerda la paz":

Te sostendremos hasta que te suavices.
Te amaremos hasta que comiences a derretirte.
Te cantaremos hasta que recuerdes la paz.

Durante esta temporada festiva sacra, que todos trabajemos juntos para nutrir la esperanza y para recordar la paz.

En la fe,

William G. Sinkford
Presidente de la Asociación Unitaria Universalista (UUA) de los Estados Unidos de América.

Para mayor información el contacto es: info @ uua.org.

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Ministra unitaria ofrece bendición por el 70 cumpleaños de Jane Fonda

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Jueves 13 de diciembre de 2007. La reconocida sexóloga, autora, ministra unitaria y directora del Insituto Religioso de Moralidad Sexual, Justicia y Salud (IRMSJS), la Revda. Debra Haffner, ofreció la invocación en la ceremonia por los 70 años de vida de la actriz Jane Fonda, en el marco de una gala para recaudar fondos para la organización fundada por Fonda, Campaña para la Prevención del Embarazo Adolescente en Georgia (G-CAPP).

La Revda. Debra Haffner, quien es la única sexóloga que ya siéndolo se ha preparado para el ministerio religioso, expresó con asombro y agradecimiento que "ser ministra me ha llevado a lugares que nunca podría haber imaginado". En la gala se recaudaron USD$2.4 millones para la prevención de embarazos adolescentes y el apoyo a las parejas de padres adolescentes.

En la imagen aparecen junto con la festejada, Jane Fonda (al centro), la Revda. Debra Haffner (primera a la izquierda), Robin Morgan, Jane Wagner, Vanessa Vadim, y la autora de la importante obra feminista Los Monólogos de la Vagina, Eve Ensler (abajo a la derecha), entre otras participantes.

"Difícilmente puedo poner en palabras cuan maravillosa fue toda la noche y todo lo que me conmovieron las expresiones de amor hacia esta sorprendente mujer, y su dedicación y amor por las y los jóvenes de Atlanta, Georgia. Debido a su decisión de convertir su cumpleaños en una actividad para recaudar fondos, 70 alumnos de 8° grado serán atendidos a través de un programa de 7 años y se les garantizará su educación universitaria al terminar su bachillerato. Este programa replica otro desarrollado por uno de mis primeros maestros de Salud Pública, el Dr. Michael Carerra y, por ello, invito ampliamente a estar al tanto y conocer más sobre este programa", comentó la Revda. Haffner.

"¡Cuán maravilloso ha sido para mí ofrecer una bendición para Jane por su cumpleaños, así como las gracias de mesa antes de la cena! Concluí recordando a los invitados que la única plegaria que hemos de necesitar alguna vez es 'gracias, gracias, gracias', y les pedí 'levantar nuestros corazones juntos en agradecimiento por el amor, la amistad y la luz que llena nuestras almas y nuestras vidas'. Me sentí profundamente agradecida y bendecida de ser parte de esto", dijo Haffner.

La reverenda Debra Haffner es ministra comunitaria avalada por la Iglesia Unitaria de Westport, Connecticut. En 1991 la Asociación Unitaria Universalista (UUA) creó la categoría de "Ministro Comunitario", en adición a los ministerios de parroquia y de educación religiosa. Los ministros comunitarios generalmente realizan labores de apoyo pastoral (consejería y acompañamiento), y/o participan en acciones de justicia social.

El Insituto Religioso de Moralidad Sexual, Justicia y Salud, que dirige la Revda. Haffner, promueve entre clérigos, teólogos, educadores y líderes religiosos la firma de la Declaración religiosa sobre moralidad sexual, justicia y salud.

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Felicitación del presidente del ICUU por la temporada decembrina

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Dado que ya se abre ante nosotros la temporada navideña, deseo enviar un mensaje de felicitación a las y los unitarios y unitarios universalistas alrededor del mundo. Como sea que decidan celebrar estos días, junto con los miembros del Comité Ejecutivo del Consejo Internacional de Unitarios y Universalistas (ICUU, por sus siglas en inglés) les hago llegar un gran deseo para ustedes de felicidad, paz y espíritu de renovación.

A mediados de diciembre nuestra Iglesia Unitaria de Edmonton, Canadá, en la que tengo el honor de servir, realiza un servicio que incluye un festejo. Este año escribimos un relato sobre dos niños que se tropiezan con la más maravillosa celebración que tiene lugar en el bosque. Descubren un mundo encantado en el que todos los animales se reúnen para celebrar los distintos festivales de la luz que se realizan en distintas partes del mundo. Un grupo de animales prepara la antigua fogata del Tronco de Yule [Youl] de Europa del Norte. Otro animal viste la corona de luces de Santa Lucia. Algunas criaturas pequeñas colocan las velas de la Janucá judía, o las lámparas del Diwali hindú. Incluso hay unos pajarillos que llaman la atención hacia la ascensión de las Pléyades en el cielo. Los maoríes de Nueva Zelanda celebran la primera ascensión de esta constelación en su cielo invernal como la fiesta de Te Tau Hou, su año nuevo. Esto da inicio al festival Matariki. Desde luego, en la parte sur del mundo la celebración del retorno de la luz se realiza cerca del solsticio de junio, no del de diciemebre. ¡Y desde luego que también hay Árbol de Navidad y alguna representación del nacimiento del niño Jesús!. Cuando los niños preguntan por qué los animales celebran el solsticio de esta manera, su guía, el viejo y sabio búho, explica, “Los animales celebramos todos los festivales de la luz. ¿Por qué? Bueno, ¿quién sabe cuál es el festival correcto? Tal vez todos son correctos. Los celebramos todos porque nos recuerdan que todos los animales y todos los humanos alrededor del mundo necesitan esa luz que resurge, en el frío y la obscuridad. Necesitamos la esperanza. Necesitamos encontrar formas de estar felices juntos.”

En Edmonton, Canadá, sólo contamos con unas siete horas de luz al día en ésta, la parte más obscura del año. Tal vez esto haga que las celebraciones de la luz resulten especialmente importantes para nosotros. Salgo a trabajar en la obscuridad y regreso a casa en penumbras. Esto puede ser algo duro para el espíritu. Encuentro que las luces centelleantes de colores sobre las casas y negocios pueden elevar los ánimos al recordarme que no estoy solo. Me recuerdan que mis vecinos también ansían el retorno de la luz, el retorno del espíritu y el retorno de la esperanza tanto como yo. Las historias alusivas a esta temporada alrededor del mundo comparten todas los mismos mensajes, sea que se trate de una historia de la Natividad, de la historia del amable Sinter Klaus o San Nicolás, o la transformación del miserable Ebenezer Scrooge (personaje de la novela corta Una canción de Navidad, del escritor unitario británico del siglo XIX, Charles Dickens). En el invierno del alma, debemos mirar profundamente dentro de nosotros y de nuestra relación con lo divino. Y debemos mirar a aquellos que nos rodean y nos ayudan a encontrar paz, alegría y esperanza para el futuro.

Que encuentren todas estas cosas en esta temporada.

En la fe,

Brian

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Defensora con espíritu

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La labor ministerial de derechos humanos de Karen Tse ayuda a erradicar la tortura

Por Michelle Bates Deakin (publicado originalmente en inglés en UUWorld.org).
Las fétidas condiciones de las prisiones camboyanas no eran nada nuevo para Karen Tse en 1995. Ya había caminado por los húmedos corredores de muchos de los calabozos del régimen del Jmer Rojo, en consulta con los presos camboyanos y para abogar por sus derechos.

Pero aún así se sintió conmocionada un día por los ojos marrones y mirada vacía de un chico de 12 años que la contemplaba a través de las rejas oxidadas. Sin camisa y descalzo, vestido tan sólo con unos delgados pantalones azules sostenidos con cordeles.

Tse saludó al chico en Jmer: “Qué tal ¿Cómo estás?” A lo que le respondió con un tímido, “Hola”, y Tse dejó de hablar con él. El chico estaba en prisión por el robo de una bicicleta. Había golpeado a un policía, por lo que lo torturaron hasta obtener su confesión, y lo dejaron languideciendo en la celda. No tenía fecha para ser juzgado. Ni tenía abogado. Ni esperanza de ser liberado.

Tse [que se pronuncia Ché] había estado en Camboya durante un año, en el que trabajó para las Naciones Unidas como abogada joven colaborando para reconstruir el sistema legal que había sido diezmado por el brutal régimen del Jmer Rojo. Había trabajado con adultos y con presos políticos de alto perfil. Pero el encuentro con este chico le abrió los ojos a una nueva dimensión del problema. ¿Quién estaba ahí disponible para abogar por un desconocido de 12 años? Con todas las organizaciones que buscaban defender a acusados destacados, ¿quién hacía algo por salvaguardar los derechos de la multitud invisible de gente ordinaria sin acceso a abogados y sin conocimiento de sus derechos?

Algunas de las respuestas que llegaron inmediatamente a la mente de Tse provenían de sus días en la Escuela de Leyes de la Universidad de California en Los Ángeles, y de su labor como abogada para las Naciones Unidas. Pero ella sentía que las respuestas a sus preguntas no eran solamente legales. “Comencé a darme cuenta de que las respuestas no eran sólo legales. también tenían que ver con el espíritu”, dice Tse. “Si realmente hemos de crear una revolución mundial de los derechos humanos, se trata de algo del espíritu.”

Tse hizo una pausa de su trabajo legal internacional de derechos humanos para asistir a la Escuela de Divinidad de Harvard (HDS). Había estado difiriendo su admisión a la HDS por una década, decidió asistir primero a la escuela de leyes y trabajar en la trinchera de la defensa pública. En 1997, sintió que finalmente llegaba el momento apropiado para combinar su pasión por la reforma de las prácticas de la justicia penal con asuntos espirituales profundos. Luego de graduarse de la HDS en 2000 y de ordenarse como ministra unitaria universalista en en 2001, ella comenzó a madurar la idea de una organización que pudiera ayudar a los ciudadanos ordinarios que son sujetos a tortura. Así que comenzó a construir una organización de derechos humanos llamada Puentes Internacionales hacia la Justicia (IBJ).

Tse, de 42 años, es una mujer pequeña y energética. Habla con rapidez, con su mente tan llena de ideas que salen a borbotones en rápida sucesión. La sede de sus actividades es Ginebra, Suiza. Platicamos con ella en una serie de conversaciones telefónicas sobre sus programas. Pese a haber lanzado la organización hace apenas 7 años, con grandes ideas y sin financiamientos, IBJ ha ofrecido capacitación a miles de defensores públicos y a funcionarios policiacos en Camboya y China. Y ha expandido a Vietnam y Burundi —el primer país africano al que llega— la capacitación de más de ellos, al mismo tiempo que ha educado a ciudadanos y a presos sobre sus derechos. “Nuestra misión es terminar con la tortura sancionada por el estado en el siglo XXI y asegurar el derecho al debido proceso para todos,” nos dice. “Pensamos que esto es completamente alcanzable.”

Tan noble como suenan sus ideales, la gente que la ha observado en su labor no duda de sus posibilidades de éxito. “Sus poderes de persuasión son sorprendentes”, dice Francis J. James, jefe de la unidad de justicia de las Naciones Unidas en Burundi y presidente de la Mesa Directiva de IBJ. “Siempre digo, ‘No apuestes contra ella. Pues perderías’”.

Tse e IBJ son “son asombrosamente efectivos en China”, dice Aryeh Neier, presidente del Instituto de la Sociedad Abierta de la Fundación Soros y anterior director ejecutivo de Human Rights Watch. “Ella ha generado un entusiasmo inmenso entre los abogados chinos que han sido expuestos al trabajo de IBJ”.

Habiendo viajado alrededor de China, Camboya y Vietnam, Tse reconoce que se han logrado tremendos progresos en esos países, así como por todo el mundo, en cuanto a la adopción de leyes que prohiben torturar a los acusados. Lo que hace falta ahora es la implementación de estas leyes. Tse describe a IBJ como “los hechos básicos prácticos de la tarea de construir comunidades de conciencia con abogados, ingenieros, consultores en computación, y otros que pueden asociarse solidariamente para construir sistemas de ayuda para la defensa legal por todo el mundo”.

La tortura sigue floreciendo, dice Tse, debido a que es la forma aparentemente más barata de investigación criminal. La clave para terminar con ella, según opina, está en crear sistemas de defensa pública y en la capacitación de los funcionarios policiales e investigadores en técnicas más efectivas y humanas. “Hay una vinculación decisiva entre la tortura y la falta de defensa legal de los acusados”, dice Tse.

Ella actualmente considera la extensión del programa de defensores por las diversas regiones del mundo con este problema. Con su característico optimismo incansable, Tse dice, “Iremos región por región, país por país”.


Tse no puede recordar un momento en su vida en el que la cuestión de la tortura no la haya atosigado. Cuando joven, al crecer en el Barrio Chino de Los Ángeles, solía tener pesadillas en la que veía a la gente cruelmente golpeada en prisión. “Me despertaba repentinamente sintiéndome profundamente perturbada”, recuerda Tse. “Al principio me sentía aliviada al decirme que sólo era un mal sueño. Pero en ese momento me daba cuenta de que mi pesadilla era la realidad de alguien más. Siempre he tenido dentro de mí la obsesión de terminar con la tortura.”

Agrupados en el Barrio Chino, Tse encontró a personas de diversas experiencias de vida, incluso a refugiados, a quienes escuchó hablar de la persecución y de sus huidas precipitadas de sus países.

Su familia asistía a una iglesia católica china, en la que el sacerdote irlandés solamente hablaba inglés y la mayoría de los feligreses solamente hablaban chino. Los feligreses eran una mezcla de budistas, taoístas y confucianos. “Básicamente, lo que veíamos ahí era la comunidad”, dice Tse. “Crecí con una sensación de que la religión era algo muy fluido.”

Asistió al Scripps College en Claremont, California, que la invitó de nuevo la primavera pasada para ser la oradora inaugural del nuevo curso. Como estudiante, escribió cartas para solicitar procesos justos para los disidentes en diferentes partes del mundo. Luego de su graduación, trabajó en un campo de refugiados en Hong Kong y Tailandia, y solicitó su ingreso simultáneamente a la escuela de leyes y a la de ministerio. Pospuso su admisión a la Escuela de Divinidad de Harvard (HDS) y decidió asistir primero a la Escuela de Leyes de la Universidad de California en Los Ángeles. Como abogada recién egresada en 1990, trabajó como defensora pública en San Francisco por 3 años antes de dirigirse a Camboya. A su arribo, en 1994, se encontró con que quedaban sólo 10 abogados en un país de 13 millones de habitantes. “El Jmer Rojo mató a todos los abogados”, dice Tse. “Todavía había mujeres en las cárceles por crímenes que sus esposos habían presuntamente cometido 10 años atrás.”

Su primer proyecto en Camboya fue capacitar defensores públicos. los 25 defensores públicos que el programa capacitó fueron los primeros en la historia del país.

Tse se veía a veces agobiada por la fiera resistencia que encontraba al tratar de capacitar a la gente sobre los derechos humanos. Por ello buscó el consejo de una monja, la Hermana Rose, en un orfanato en el que Tse servía como voluntaria los domingos. Tse la veía como un ejemplo de simplicidad, pureza, y amor. La Hermana Rose urgió a Tse, incluso cuando tratara con gente que dudara de ella o se le resistiera, a buscar al Cristo o al Buda en cada persona. “Ella creía de verdad en el poder transformador del amor”, dice Tse. “Me enseño aquello que realmente cambia al mundo, tiene que ver con el amor, la esperanza y la fe. No puedes cambiar al mundo si no tienes fe”. Esa fe no tiene que ser en un ser supremo, dice Tse, sino que debe ser una fe en las personas y en su capacidad de transformación.

Tse comenzó a poner una atención más cercana a su necesidad de asistir a la escuela de ministerio. “Tuve una sensación profunda de que debía ir a la escuela de ministerio, pero no sabía por qué”, dice Tse. “Sabía que para integrar mi vida y mi trabajo debía asistir a ella.”

Ella no tenía planeado convertirse en ministra unitaria universalista. Ni siquiera sabía lo que era el unitarismo universalista hasta su primer año en la escuela de ministerio. Durante una clase de organización eclesial UU que otro compañero de estudios le recomendó tomar, Tse se dio cuenta de que era UU, a pesar de nunca haber asisitido antes a ningún servicio UU. Este sentimiento se vio confirmado cuando asistió —y condujo— servicios UU durante sus dos años de prácticas profesionales en la Iglesia Unitaria Universalista de Haverhill, Massachusetts. La iglesia la ordenó en 2001, lo que consolidó el amor de Tse por el ministerio de parroquia. Salió de la escuela de ministerio con un fuerte deseo de ser ministra de parroquia, y espera serlo algún día. Pero también se sintió atraída hacia la capacitación de defensores públicos y por acabar con la tortura.

“En primer lugar, y lo más importante, soy un ser espiritual”, dice Tse, y Puentes Internacionales hacia la Justicia (IBJ) es ahora su ministerio. “El marco legal son las herramientas con las que trabajamos. Pero es realmente el espíritu lo que nos mueve. Es el entendimiento de nuestra interconexión y de nuestra valía y dignidad intrínseca lo que realmente constituye el fundamento de nuestra labor. No podría hacer esto sin ser abogada, y no lo habría empezado sin ser ministra. Ser ministra crea las posibilidades de esperanza y de fe.”

Al imaginar Tse o que IBJ podría ser, consultó con otro ministro unitario universalista y abogado, el Revdo. William “Scotty” McLennan, que sirve actualmente como Decano para la Vida Religiosa en la Universidad de Stanford y es parte del Consejo Asesor de IBJ. “Karen tiene una visión abierta que va más allá del cristianismo”, dice McLennan. “El núcleo de su visión es que ella sirve a la persona completa, no sólo a la persona a la que le ha sucedido ser torturada, detenida, o despojada de sus derechos legales básicos, sino también las cuestiones mayores de justicia social y de la justicia integralmente entendida. Además, tiene el afán religioso de vernos a todos a imagen de Dios, y por lo tanto sagrados.”


Tse creó Puentes Internacionales hacia la Justicia (IBJ) en 2001 con más voluntad que dinero. Decidió que China era el lugar en el que debería empezar a atender los derechos de los acusados —a pesar del hecho de que sólo había estado ahí antes en viajes turísticos y que conocía muy poco sobre el país. Tenía un contacto, un profesor de una universidad china que la ayudó a obtener una cita con el jefe de la oficina del programa de ayuda legal de China. Tse juntó como pudo algo de dinero para volar a China consiguió prestado con una amiga un traje sastre formal para lucir presentable en esta única cita —que fue intempestivamente cancelada por el funcionario cuando ya el vuelo de Tse había llegado a China.

Ella no iba a aceptar un 'no' por respuesta e insistió en solicitar una entrevista de 15 minutos al día siguiente. El funcionario aceptó, y con base en esta reunión inicial, aceptó permitirle empezar a capacitar abogados y educar a presos y ciudadanos sobre sus derechos sobre sus derechos. El oficial puso una condición: Ella debería entregarles 400 computadoras personales para las oficinas gubernamentales de apoyo legal. Tse dijo que lo haría. Luego comenzó a idear cómo su organización de derechos humanos de una sola persona podría arreglárselas para cumplir esta promesa .

Ella acudió rápidamente a formar redes de apoyo entre sus amistades. Algunos de ellos le organizaron una actividad para recaudar fondos en Hong Kong en la que obtuvo una donación anónima de USD$25,000. Al mismo tiempo, ingresó como asociada a Echoing Green, una fundación con sede en Nueva York que provee de fondos semilla y apoya a los jóvenes emprendedores sociales. Otro amigo la presentó con un funcionario del Instituto de la Sociedad Abierta del filántropo George Soros. Esta organización concedió un fondo de USD$300,000 al incipiente IBJ. Animada por su éxito, Tse comenzó a platicar con más donantes potenciales y recibió una donación de USD$5,000 del magnate de la computación Michael Dell.

Ahora estaba en condiciones de comenzar a actuar en China. En una labor cercana con el Ministerio de Justicia, IBJ ha ayudado a organizar conferencias de capacitación para más de 1,000 defensores y a distribuir carteles y folletos que promueven los derechos legales en idioma chino mandarín, así como en otros idiomas regionales, tales como tibetano, mongol, y uigur. La fundación de Tse ha dirigido campañas para concienciar sobre los derechos dirigidas, tanto a adultos, como a jóvenes en las 39 provincias de China; creó un manual de procedimientos para defensores públicos y un sitio web para los centros de ayuda legal locales y para los abogados chinos; y organizó discusiones y mesas redondas en las que ha reunido la presencia de la policía, los defensores, los fiscales, y los jueces para promover la cooperación intersectorial.

Operaciones similares en Cam­boya y Vietnam han logrado la capacitación de defensores y la educación de los ciudadanos sobre los derechos que les garantizan las constituciones de sus países. En Camboya, quien fuera un funcionario policial del régimen anterior, que solía ordenar a sus subordinados que obtuvieran confesiones a través de torturas, ahora es un asociado del IBJ y capacita a los funcionarios policiales para no torturar. Semejantes transformaciones convencen a Tse de que el cambio es posible a escala mundial, en tanto que la gente trabaje con los individuos para enfocarse en su sistema profundo de valores. “Los fantasmas del pasado permanecerán, si es que no se hace algo para cambiar el sistema para la gente ordinaria”, dice Tse. “A menos de que alguien llegue con una nueva visión, la tortura alcanzará a las generaciones por venir”.


A partir de su éxito en Asia, Tse viajó a África en 2006 para reunirse con funcionarios en Burundi, Ruanda, y Zimbabue para comenzar a desarrollar na campaña de derechos humanos en África. El primer proyecto oficial ya está en curso en Burundi, donde Puentes Internacionales hacia la Justicia (IBJ) ha ayudado a crear y distribuir carteles, tanto en francés, como en kirundi, que dicen: “Usted tiene derecho a un abogado defensor, derecho a nos ser torturado, y derecho a un juicio justo”.

IBJ ha cuenta ahora con 21 empleados, con un presupuesto anual de algo más de USD$1 millón. Además de su sede en Ginebra, también tiene dos oficinas en China y asociados en Camboya y Burundi. Tse estableció la organización en Ginebra, ciudad que es ampliamente considerada como un lugar neutral, así como una plaza que hospeda importantes oficinas diplomáticas internacionales. Ella vive ahí con su esposo, director en el Foro Económico Mundial, y dos hijos.

Tse dice que ha recibido solicitudes para apoyar el trabajo por los derechos legales de diversos países de todo el mundo. Tiene la esperanza de que IBJ logre crecer para satisfacer la demanda. Se ha puesto la meta de contar con 108 asociados capacitados —que puedan capacitar, a su vez, a más defensores— alrededor del mundo.

El número 108 tiene gran significado para Tse. Ella manifiesta su acuerdo con la teoría del libro de Malcolm Gladwell, The Tipping Point: How Little Things Can Make A Big Difference, en cuanto a que una idea alcanza su masa crítica cuando 100 personas hablan sobre ella. Añade a eso el número 8, que es el número de la suerte para los chinos. Hay 108 cuentas en el mala tibetano de oración [una especie de rosario budista], y un cuento popular chino habla de 108 héroes que salvaron a su país.

Tse no se sorprendió en absoluto al enterarse de los resultados de una reciente evaluación de riesgo que personal de IBJ realizó para evaluar la cantidad de países en los que podrían llegar a tener un gran impacto: 108. “Ahí está la sabiduría, ahí está la intuición y ahí está lo intelectual”, dice Tse. "108 es lo apropiado".

Para mejorar su programa de defensores, Tse busca organizaciones asociadas —incluso congregaciones— que púedan patrocinar la capacitación y el acompañamiento de los defensores. IBJ requiere de USD$10,000 cada año para apoyar a cada asociado, quien, una vez capacitado, crearía un centro de recursos de apoyo para defensores en su país de origen.

Tse tiene la esperanza de que algunas congregaciones unitarias universalistas decidan patrocinar un defensor. “Los UU deberían enterarse de lo que hace”, dice la Rev. Ellen Brandenburg, quien conoció a Tse cuando estaba en la escuela de ministerio y Brandenburg era la directora de educación ministerial de la Asociación Unitaria Universalista. Ahora, Brandenburg vive junto a la frontera de Ginebra, en Francia, y ha estado observando a Tse en acción. “Es muy importante trabajar a una escala mundial en la que la mayoría de los UU no tienen la oportunidad de implicarse”.

McLennan también piensa que IBJ es una buena opción cercana a los valores de los unitarios universalistas. “una de las preocupaciones esenciales de nuestro movimiento es la libertad y las garantías que protegen a las personas”, dice. “Hemos tenido una larga tradición de compromiso internacional, y de internacionalismo, así que las cuestiones de derechos humanos han de ser muy atractivas para nuestras congregaciones”.

Construir estas redes, cree Tse, puede cambiar al mundo. “La gente cree que el trabajo de derechos humanos debiera versar sobre lo extrarodinario”, dice Tse. “Pero en realidad trata sobre el diario afán que termina por lograr una diferencia tremenda. Si podemos inspirar a la gente ordinaria a hacer cosas extraordinarias, el mundo cambiará”.

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El presidente de la UUA llama al gobierno a afrontar el VIH/SIDA

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30 de noviembre de 2007

El viernes 30 de noviembre, la víspera del Dia Mundial del SIDA, el reverendo William G. Sinkford, presidente Asociación Unitaria Universalista (UUA, por sus siglas en inglés), se unió a miles de activistas en la capital de los EUA para hacer un llamado por un mayor liderazgo gubernamental para afrontar el VIH/SIDA, en casa y en el extranjero.

El día inició con una reunión de liderazgo de alto nivel en la oficina del Coordinador global de SIDA (OGAC), una dependencia del Departamento de Estado de los EUA cuya misión es dirigir la implementación del Plan Presidencial de Emergencia para Socorro en SIDA (PEPFAR). El reverendo Sinkford estuvo acompañado en esa reunión por Serra Sippel, directora del Centro para la Salud y la Equidad de Género (CHANGE), y Rob Keithan, director de la Oficina de Gestión Pública en Washington de la UUA. Juntos urgieron a la OGAC a financiar programas de prevención del VIH que sean completos, integrados, basados en evidencias establecidas, y especialmente a apoyar los esfuerzos en el Congreso para eliminar la reserva de PEPFAR que exige que un tercio de los fondos vayan a programas de abstinencia hasta el matrimonio. El Revdo. Sinkford destacó el apoyo religioso a programas efectivos, basados en la responsabilidad moral de poner las evidencias y las vidas humanas por delante de las ideologías.

La respuesta de OGAC, con algunas excepciones, fue predecible y decepcionante. Los representantes acordaron que algunos de los lineamientos que datan de hace 4 años deben ser reescritos para dar cuenta de nuevos datos y desarrollos, aunque mantuvieron su apoyo a la reserva de sólo abstinencia. También reconocieron que el matrimonio por sí mismo no previene la transmisión del VIH, aunque la promoción del matrimonio sigue siendo uno de los puntos reiterados en muchos de sus programas.

Luego de la reunión, el Revdo. Sinkford, Sippel y Keithan se unieron a una manifestación fuera del edificio en la que llamaron a a la OGAC a cortar las trabas burocráticas y a empezar a dar financiamiento para los programas efectivos de prevención del VIH. El Revdo. Sinkford tomó el megáfono e insistió en el apoyo religioso a los programas efectivos. Luego se unió a los más de 400 estudiantes de la Universidad George Washington que marcharon frente a la OGAC de camino a la concentración principal del Día Mundial del SIDA frente a la Casa Blanca.

En el Parque Lafayette de Washington, DC, justo enfrente del número1600 de la Avenida Pennsylvania, una multitud mayor cantó y levantó carteles cuando los oradores y ejecutantes hicieron llamados a favor de medidas más efectivas de alcance local, nacional e internacional. Eleanor Holmes Norton, representante al Congreso sin derecho a voto por Washington, DC, llamó al presidente y al Congreso a detener la promoción de los programas de solo-abstinencia y a permitir que otros países, así como el Distrito de Columbia, determinen sus propias prioridades de financiamiento para sus programas. Muchos oradores llamaron al Congreso a rechazar la cláusula presupuestaria que prohibe al Distrito de Columbia gastar su presupuesto en programas de intercambio de agujas, incluso cuando el uso de drogas intravenosas es la tercera mayor causa de transmisión del VIH.

Al permanecer simbólicamente atrapado por la cinta roja (símbolo del burocratismo), el Revdo. Sinkford llamó al presidente y al Congreso a afrontar al VIH/SIDA con verdad. Terminó sus señalamientos y cerró la concentración con una oración, al decir, "Mi plegaria en el Día Mundial del SIDA es para que reunamos el coraje moral para afrontar honestamente la diseminación del VIH/SIDA. Mi plegaria es para que abramos nuestros corazones y nuestras mentes. Mi plegaria es que nuestra inteligencia, nuestra compasión, y nuestra tolerancia nos permitan afrontar la verdad. Puesto que sólo la verdad —y no la ideología, no el iluso pensamiento desiderativo—, sólo la verdad nos ayudará a terminar con la epidemia del VIH/SIDA."

Para mayor información contacte: la_bglt @ uua.org.

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