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P: Su libro tiene como elemento central una serie de entrevistas con líderes de las tres grandes fes abrahánicas en Gran Bretaña (para una serie de BBC Radio Four titulada 'Humphrys en busca de Dios'). Estos líderes no lograron convencerlo de que exista un Dios, y aun así su libro muestra que continuó su búsqueda. ¿Por qué?
R: Bien, recibí una cantidad enorme de cartas en respuesta a mis programas, y éstas me persuadieron de que hay una terrible cantidad de gente allá afuera que no sólo cree, sino que tiene razones perfectamente buenas para hacerlo. Esto es decir, que han llegado a su fe por toda clase de razones, y muchos lo hacen a través de un proceso intelectual. Sería muy arrogante ignorar a la gente que tiene una fe —es muy arrogante hacerlo— y me impresionaron enormemente sus cartas. Recibí muchas más de las que había recibido antes por cualquier otro programa.
P: ¿Por qué siente que los líderes de las tres principales fes abrahánicas no lograron convencerlo?
R: Debido a que intelectualmente no los encontré nada convincentes; encontré que no tenían respuestas para las preguntas más difíciles. Al final, por razones que podía entender perfectamente, todos ellos dijeron lo mismo: 'Todo se reduce a la fe'. Y obviamente es así, pues si fueras capaz de probar algo, por definición no sería una cuestión de fe. Y finalmente siempre se reduce con ellos a una cuestión de fe, y como no tengo esa fe, por lo tanto fui incapaz de obtener alguna satisfacción de lo que ellos dijeron.
P: El rabino en jefe de Gran Bretaña, Jonathan Sacks, lo acusó durante la discusión de usar una metáfora inadecuada en su búsqueda. ¿Cree usted que esto fue justo?
R: Bueno, no supe realmente a qué se refería, para ser completamente honesto. Usaban un lenguaje diferente del mío, ciertamente. Este es uno de los problemas de conversar con gente que tiene una experiencia totalmente diferente a ti mismo. Y en el caso de estos tres (el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, el rabino en jefe, Jonathan Sacks, y el profesor musulmán de teología, Tariq Ramadan): en primer lugar todos tienen fe, y en segundo lugar hablan el lenguaje de la teología, que yo no hablo. Y debido a que su lenguaje de la teología se basa en la fe, esto convierte la simple ocupación de comunicarse entre creyentes y no creyentes en una tarea extremadamente difícil —y es por ello que, de una manera chistosa, las cartas que recibí resultaron más convincentes debido a que fueron escritas por personas que, casi abrumadoramente, no eran teólogas. Hubo unos pocos ministros y clérigos, pero principalmente y en su mayoría, se trató de 'gente ordinaria' que había tenido una experiencia particular o que llegaba a su fe por cualquier razón —y hablaban un lenguaje que podía entender y con el que me podía relacionar. Pero no me pude relacionar así con una terrible cantidad del lenguaje que obtenía de los líderes religiosos.
P: Así que las cartas —y muchas de ellas fueron extremadamente conmovedoras— resultaron más persuasivas para usted que los teólogos superiores. ¿Acaso algunos de los clérigos más liberales con los que habló, tales como el Revdo. Giles Fraser (de Putney, en Londres) tuvieron un impacto similar sobre usted? ¿Podría describirlo también como un alguien que asume abiertamente sus dudas, o un agnóstico?
R: No, él no se describiría a sí mismo como tal, puesto que cree. Lo que él no acepta es la verdad literal de una buena parte de la Biblia, y ciertamente no es el único en esto dentro de la Iglesia de Inglaterra. Pero sí, de algunas maneras encuentro a Giles más persuasivo, en el sentido de que reconocía que algunas cosas de la Biblia no tienen ningún sentido y que él no tenía problema para aceptarlo. Esto tampoco afecta su fe. A este respecto, me fue más fácil tratar con él debido a que estaba completamente preparado para decir: 'bien, esas son tonterías'.
P: Al final del libro, usted sugiere que la jornada que emprendió lo condujo a tener un mayor respeto por la gente de fe, que el que tiene por los ateos de línea dura, tales como Richard Dawkins y Christopher Hitchens. ¿Por qué cree usted que esto lo influenció de esta manera?
R: Bueno, no tengo ni más ni menos respeto por los ateos que por la gente que cree —son personas, y creer no te convierte en una buena persona, y no creer no te convierte en una mala persona. Con lo que soy intolerante es con la clase de intolerancia que han mostrado los ateos de línea dura como Dawkins. Ellos no sólo dicen que es imposible probar la existencia de Dios, una proposición con la que estoy de acuerdo, sino que van mucho más allá y dicen: no sólo Dios no existe, sino que la gente que cree en Dios es realmente estúpida y se engaña. Y esto es algo con lo que no estoy de acuerdo. Así que de la misma manera en que no tengo tiempo para creyentes fundamentalistas, que hacen cosas espantosas en nombre de su fe, tampoco tengo tiempo para los ateos fundamentalistas que descartan a la gente que cree.
P: ¿Parece claro que usted sigue como alguien que asume abiertamente sus dudas, un agnóstico?
R: Sí, y explico en detalle mis razones en el libro. Hay más agnósticos allá afuera que creyentes o ateos, y me parece que es la posición lógica a asumir —a menos que te suceda algo que te de fe, o que cree una chispa en ti o lo que sea que suceda, así que esa parece ser la única posición. Pero entonces sólo puedo hablar por mí mismo en cuestiones de fe.
P: Escribe sobre un enfoque más agresivo actualmente de los creyentes militantes y los ateos militantes. Pareciera que esas corrientes crecen a costa de los elementos más liberales. ¿A qué se debe esto, qué piensa?
R: No creo que sean necesariamente más militantes ahora —difícilmente se puede serlo más que los Cruzados. Pero en los años recientes nos han recordado lo que puede producir la peor clase de creencias fundamentalistas, en este caso el Islam militante, que nos atemoriza a todos. también hemos visto un aumento en el ateismo militante que, a falta de un mejor término podemos etiquetar como proclamado públicamente. ¿Por qué ha sucedido esto?, No estoy absolutamente seguro. Podría deberse a algo tan prosaico como que alguien escriba un libro, como Dawkins lo hizo, y toque un punto sensible tal como claramente sucedió con mucha gente, y entonces salen un montón de libros con similares lineamientos, y eso tiende a dominar el debate, a armar revuelo. Y supongo que eso es lo que sucedió. Ya sea que haya un vínculo directo entre eso y las preocupaciones de la gente debidas la religión fundamentalista, como es ejemplificada por los militantes islámicos, uno no puede estar seguro. Sospecho que es lo que probablemente sucede.
P: ¿No es extraño acaso que la posición religiosa liberal, que parecería ser la más racional, esté declinando actualmente?
R: Bueno, no se por qué habría de ser más racional que la posición liberal atea.
P: Sí, ¿pero será que tal vez ambas declinan ahora?
R: No, no lo creo. En la medida en que uno pueda investigar estas cosas, ciertamente en la encuesta que ordené, a una organización muy respetable, mostró justo lo opuesto de eso. Que la mayoría de la gente no se describiría a sí misma como cristinos practicantes igual que no se describirían como ateos practicantes, en su caso. La mayoría de la gente está un una situación intermedia, realmente no saben qué camino tomar. Creen vagamente en algo, pero no creen en un Dios monoteísta. No diría que declinan, sino al contrario.
P: Usted sugiere que la fe en Dios podría ofrecer un sustento más fuerte para el alma afligida que los consejeros especializados en duelos y pérdidas, los sicoterapeutas o las píldoras. ¿Esto le sorprende?
R: No, no me sorprende en absoluto. Quiero decir que buscamos consuelo dondequiera que podamos encontrarlo en tiempos de gran aflicción. Y mucha gente lo encuentra en Dios, en su creencia, y no tengo absolutamente ningún problema con eso. Les deseo lo mejor.
P: Escribe usted sobre gente que hoy día se sacrifica a sí misma para salvar a otros, quienes 'tomaron la opción explícita de seguir los dictados de su conciencia en vez del llamado de la autopreservación'. Usted escribe: 'sentimos un elemento espiritual en esa nobleza, algo más allá de nuestro entendimiento conciente'. ¿Es esto el núcleo de lo que le impide ser ateo?
R: Sí, esta es ciertamente una de las razones. No puedo explicar a mi entera satisfacción por qué algunas personas habrían de comportarse de una manera completamente altruista, y Dawkins —aunque es un gran biólogo y un experto en darwinismo— es muy poco convincente en este punto. Encuentro su explicación, expresada en un contexto darwiniano, extremadamente débil.
P: Quiero citar a un ministro unitario que intentó responder las preguntas que usted hizo a los líderes religiosos de las tres corrientes principales abrahánicas —para responderlas desde una perspectiva no-ortodoxa. El ministro (el Revdo. Feargus O'Connor de los Unitarios de Golders Green) dijo que su propia concepción de Dios es la de una 'Mente Universal, la Primera Causa final, responsable de la existencia y sostenimiento de todo el cosmos'. El ministro cita a un teólogo de los EUA que dice: 'Dios es visto, no sólo como el agente que inició el Big Bang, sino más bien como el creador continuado que es la fuente de poder vital y amor en el universo'. John, ¿acaso encuentra usted más convincente esta aproximación a Dios?
R: No realmente … pero a cada cual lo suyo. Obviamente esto funciona para él, y lo ha reflexionado detalladamente, y se trata de cosas inteligentes. Está bien, le deseo lo mejor, pero no funciona para mí.
Diciembre de 2007
Etiquetas: agnósticos, ateos fallidos, ateos fundamentalistas, Christopher Hitchens, confesiones, Feargus O'Connor, GAUFCC, Jim Corrigall, John Humphrys, Reino Unido, Richard Dawkins, Unitarios de Golders Green
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